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Conversamos con Saskia Izurieta, Directora Ejecutiva de Fundación Holcim


Desde el punto de vista empresarial, ¿cómo podemos definir las Relaciones Comunitarias?

Las relaciones comunitarias son parte de la estrategia de relacionamiento de la empresa con sus stakeholders o actores de interés. En Holcim Ecuador las entendemos como una relación con nuestros vecinos, a través de un diálogo permanente y organizado que marca un plan de trabajo conjunto a largo plazo.

¿Cuál es el momento adecuado para que una empresa inicie su relacionamiento con la comunidad?

Una empresa debería establecer este diálogo desde su etapa de planificación y creación. Es muy importante conocer el barrio, los vecinos, la cultura, los problemas de determinada localidad previo a la misma instalación de la empresa.

En tu experiencia, ¿podrías compartirnos unos tres consejos para realizar un acercamiento inicial adecuado?

Creo que un primer paso fundamental es realizar un diagnóstico de la zona y un mapeo de actores. Luego de un buen análisis de esa información viene un primer ejercicio de consulta y acercamiento para identificar actores claves referentes de la zona a quienes posteriormente se convocaría a una reunión inicial. Para ello, hay que tener una agenda clara con el objetivo de la reunión.

En Holcim Ecuador, una muy buena práctica han sido los CAP -Comité de Acción Participativa-son mesas de diálogo en las que participan actores de la empresa y de las comunidades vecinas en donde se tratan temas de interés, se aclaran dudas relacionadas a la operación y se acuerdan acciones para el bien común.

¿Cómo hacer que una relación con la comunidad trascienda y perdure en el tiempo?

Para nosotros han sido muy efectivas tres cosas: generar confianza, dialogar con franqueza y respeto y, promover la corresponsabilidad en un plan de trabajo conjunto.

Dentro de la empresa, ¿qué persona o área debe estar directamente involucrada con el relacionamiento con la comunidad?

Depende del tipo de empresa. Más que un área en específico, es fundamental contar con personal técnico especializado que realice este trabajo y que reporte al nivel más alto de la empresa. Bajo este liderazgo diversas áreas de la empresa participan en este diálogo según necesidades de la relación empresa-comunidad: gerente de planta, operaciones, ambiente, suministros, recursos humanos, voluntariado en general. Aquí se vive una relación de interculturalidad permanente a través de la cual se construye y se comparte una historia.

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