
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) propone una nueva dimensión de empresa que implica romper los paradigmas tradicionales de hacer negocios, más allá de generar utilidades a los accionistas, crear empleo y pagar impuestos. Plantea a las empresas la necesidad de responder a nuevos retos como son el calentamiento global, crecientes niveles de pobreza, violencia social y crisis de valores.
Es, una nueva forma de hacer negocios, donde la empresa gestiona sus operaciones teniendo en cuenta lo económico, social y ambiental, reconociendo los intereses de distintos públicos con los que se relaciona, como los accionistas, los colaboradores, la comunidad, los proveedores, los clientes, considerando el medioambiente y las generaciones futuras.
Las empresas que implementan la responsabilidad social se involucran, por lo general, en siete temas o ámbitos definidos por la ISO 26000: Gobernanza de la organización, Derechos Humanos, Prácticas Laborales, Medio Ambiente, Prácticas justas de operación, asuntos de consumidores y Participación activa y desarrollo de la comunidad.
En el camino de la responsabilidad social, el cual muchas empresas se han iniciado, es fundamental el compromiso e involucramiento de todos quienes trabajan en ellas, de ahí la importancia de establecer buenas estrategias que permitan el desarrollo profesional, pero sobre todo personal de los colaboradores.
Las organizaciones no podrán lograr sus objetivos sin la participación y colaboración de las personas.
Como lo manifiesta José Juan Lugo Mercado, en su articulo: Calidad de vida, eje fundamental de la ESR Uno de los temas relevantes que distinguen a las empresas con responsabilidad social es lo referente a la calidad de vida de sus empleados, principalmente porque conlleva una serie de acciones que favorecen su desarrollo integral como personas. Así pues, antes de pedirles que den un resultado técnico en sus puestos de trabajo, es necesario tratarlos con la dignidad que merece el ser humano y darles condiciones favorables para que lleven a cabo sus tareas y responsabilidades. Tener una buena calidad de vida significa que los trabajadores cuenten con oportunidades de crecimiento, reconocimiento y fortalecimiento en sus fuentes de trabajo.
Invertir en los colaboradores es una excelente estrategia, que a su vez trae muchos beneficios como retorno, entre ellos, por mencionar algunos, están:
Mejora el desempeño financiero
Aumenta el valor de la empresa
Reduce costos operativos
Aumenta la productividad
Mejora la habilidad para retener y atraer talentos
Fortalece la confianza y lealtad de los colaboradores
Reduce el ausentismo
Fortalece la reputación
Todos quieren que su vida profesional tenga un propósito más alto y vaya más allá de la ejecución de un trabajo o de la obtención de un ingreso. Sin embargo, muchas personas pasan la mayor parte de sus horas de trabajo en lugares que no les permiten alcanzar ese objetivo. Las empresas que resuelven la tensión que la gente siente entre sus valores personales y los mejores intereses de la compañía se beneficiarán de una mano de obra altamente productiva y comprometida, orgullosa de formar parte de un cambio positivo en las comunidades en todo el mundo.