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La sostenibilidad en 2025 transformará la forma en que las empresas operan y generan impacto

  • Foto del escritor: CERES
    CERES
  • 14 ene
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 15 ene



Ceres preparó un análisis sobre las tendencias y la conversación de la sostenibilidad de cara al 2025.


1. El cambio climático lidera la agenda corporativa

Los expertos destacan que el cambio climático se ha consolidado como uno de los mayores riesgos globales, impulsando a las empresas a adoptar medidas concretas para mitigar su huella de carbono, pero no solo eso, sino que se debe avanzar  en adaptación y en la necesidad de hacer un análisis de riesgos ambientales sociales y de gobernanza (sobre todo en su producción y cadena de valor), la doble materialidad se vuelve crucial.


Los objetivos basados en ciencia (SBTi)  y las soluciones basadas en la Naturaleza (SBTn), están siendo cada vez más utilizados como una guía para establecer metas alineadas con los objetivos climáticos globales y las oportunidades de acción. Este enfoque busca garantizar que las gestiones de las empresas estén directamente vinculadas con los avances necesarios para limitar el calentamiento global a 1.5 °C, como se estipula en el Acuerdo de París.


La colaboración con gobiernos y comunidades locales está siendo vista como esencial para enfrentar los impactos climáticos, ya que los esfuerzos individuales no son suficientes para mitigar los efectos del cambio climático a nivel global.


El cambio climático no solo es un riesgo ambiental, sino también un riesgo económico y social. Las empresas que no actúan podrían enfrentarse a pérdidas económicas derivadas de desastres naturales más frecuentes, costos de adaptación, y una creciente presión social por parte de consumidores, empleados e inversores.


Una gran oportunidad para este 2025 es regresar a ver el financiamiento verde que hay en Ecuador a través de los bonos temáticos.


2. La economía circular deja de ser un concepto y se convierte en acción

La transición hacia la economía circular se está convirtiendo en una prioridad para las empresas que buscan reducir su impacto ambiental y al mismo tiempo aprovechar nuevas oportunidades de negocio. A través de la revalorización de residuos, las empresas pueden recuperar materiales y energía, contribuyendo así a la reducción de la dependencia de recursos finitos. El diseño de productos que sean fácilmente reparables, reutilizables o reciclables se está convirtiendo en una parte integral de las estrategias empresariales. Este enfoque permite no solo disminuir la cantidad de desechos generados, sino también crear un ciclo continuo de recursos que puede beneficiar tanto a la economía como al medio ambiente.


En 2025, la economía circular se enfocará no solo en la reutilización de productos, sino también en la creación de modelos de negocio que favorezcan la regeneración de recursos naturales y el fortalecimiento de las cadenas de suministro sostenibles. Este modelo tiene el potencial de transformar sectores industriales completos, mejorando la eficiencia de los recursos y minimizando los impactos negativos en el medio ambiente.

    


3. El reporte de sostenibilidad evoluciona hacia la transparencia total

La sostenibilidad corporativa está siendo cada vez más impulsada por la necesidad de rendir cuentas de manera clara y verificable. En 2025, la transparencia será fundamental, y las empresas deberán proporcionar datos concretos sobre sus esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esto incluirá la medición del impacto social y ambiental, así como la implementación de políticas para mitigar riesgos y generar valor a largo plazo.


Los informes de sostenibilidad se están alineando con estándares internacionales como el GRI, SASB y la nueva Directiva de Informes Corporativos de Sostenibilidad (CSRD). Estos marcos proporcionan una guía clara para las empresas sobre cómo reportar de manera consistente sus acciones y resultados, permitiendo a los stakeholders evaluar el progreso de las empresas hacia un desarrollo más sostenible.


Con esta tendencia, las empresas ya no solo se enfocan en la recopilación de datos, sino en la creación de sistemas robustos que aseguren que sus prácticas son efectivas, transparentes y sostenibles a lo largo del tiempo.


4. La sostenibilidad se convierte en un pilar del talento humano

El talento humano está cada vez más comprometido con las causas sociales y ambientales, lo que impulsa a las empresas a integrar la sostenibilidad en su cultura corporativa. Las organizaciones que promuevan una cultura de sostenibilidad y propósito no solo atraerán a empleados con altos niveles de compromiso, sino que también contribuirán a mejorar la productividad y satisfacción laboral. Los empleados, especialmente las generaciones más jóvenes, buscan trabajar en empresas que tengan un impacto positivo en el mundo y que alineen sus valores con las acciones empresariales.


Este cambio implica que las estrategias de sostenibilidad deben ser incorporadas a todos los niveles de la organización,  de acuerdo a los temas materiales, desde el liderazgo hasta los equipos operativos, para asegurar que la cultura de sostenibilidad sea auténtica y efectiva. Además, las empresas que invierten en el desarrollo profesional de sus empleados en áreas relacionadas con la sostenibilidad y el propósito social aumentan la retención de talento, mejorando su competitividad a largo plazo.


5. La inteligencia artificial (IA) impulsa soluciones sostenibles

La inteligencia artificial se ha posicionado como una herramienta clave para optimizar los recursos naturales y reducir el impacto ambiental. A través de la implementación de IA, las empresas pueden mejorar la eficiencia de sus procesos, gestionar el uso de agua y energía de manera más inteligente, predecir y mitigar riesgos ambientales, y diseñar productos y servicios más sostenibles. La capacidad de la IA para procesar grandes cantidades de datos en tiempo real permite una toma de decisiones más precisa y rápida, lo que es esencial para abordar los retos de sostenibilidad.


La IA también está revolucionando la forma en que las empresas monitorean su huella de carbono y gestionan sus cadenas de suministro. Al integrar soluciones basadas en IA, las empresas pueden lograr una mayor trazabilidad y transparencia en sus operaciones, asegurando que se cumplan los objetivos de sostenibilidad y reduciendo el riesgo de impactos negativos.


6. Las alianzas multiactor redefinen el alcance de la RSE

La responsabilidad social empresarial (RSE) ya no es una acción aislada, sino un esfuerzo colaborativo que involucra a múltiples actores, como gobiernos, ONGs, comunidades locales y el sector privado. Las alianzas multiactor están demostrando ser fundamentales para enfrentar desafíos globales complejos, como el cambio climático, la pobreza y la desigualdad social. Estas colaboraciones permiten combinar conocimientos, recursos y capacidades para diseñar soluciones más integrales y sostenibles.


Este enfoque colectivo está redefiniendo el concepto de RSE, ya que las empresas ya no solo deben asumir la responsabilidad de sus propias acciones, sino también participar activamente en la creación de políticas públicas, iniciativas comunitarias y proyectos globales que generen un impacto positivo a largo plazo. La cooperación multiactor se ha convertido en una estrategia esencial para abordar los problemas sistémicos que afectan a la sociedad y el medio ambiente.


7. El consumidor sostenible exige más que productos verdes

La demanda de consumidores conscientes está llevando a las empresas a repensar no solo sus productos, sino también sus procesos, prácticas comerciales y relaciones con los consumidores. Los consumidores de hoy en día buscan autenticidad y coherencia en las acciones sostenibles de las empresas, exigiendo que las organizaciones no solo ofrezcan productos ecológicos, sino que también trabajen para reducir su impacto ambiental a lo largo de toda su cadena de valor. Este cambio en la mentalidad del consumidor está impulsando a las empresas a hacer más en términos de sostenibilidad, abarcando desde la producción y el embalaje hasta la logística y el uso de recursos.


Este fenómeno está dando forma a un nuevo tipo de consumidor que prioriza la transparencia, la ética y la responsabilidad corporativa. Las empresas que responden a estas demandas no solo mejoran su reputación y fidelizan a los consumidores, sino que también contribuyen a una mayor conciencia colectiva sobre la necesidad de adoptar un modelo de consumo más responsable y sostenible. En Ecuador, este fenómeno sigue siendo insipiente, pero no podemos descuidarlo ya que existen muchas oportunidades de avanzar en este 2025.


El 2025 marca un punto de inflexión para las empresas en relación con la sostenibilidad y la responsabilidad social. Las organizaciones que lideren estos cambios estarán mejor preparadas para  gestionar y mitigar los riesgos sociales, económicos y ambientales, y contribuirán a un futuro más equitativo y resiliente. Integrar estas tendencias no solo responde a las demandas del presente, sino que es la base para construir un futuro más justo, próspero y sostenible para todos. La sostenibilidad ya no es una opción, es el camino hacia el éxito a largo plazo.



 
 
 

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