Conversamos con Gabriela Ponce, Directora Artística Ejecutiva de Fundación Teatro Nacional Sucre
- CERES

- 15 jul
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 16 jul

1. ¿Considera que la Sostenibilidad es un eje transversal dentro del quehacer artístico y cultural actual?
Sí, definitivamente. La sostenibilidad se ha convertido en un principio fundamental que atraviesa transversalmente la gestión cultural contemporánea. Ya no se trata solo de una responsabilidad ambiental, sino de una mirada integral que articula lo social, lo económico y lo ecológico en la toma de decisiones y en la planificación institucional. Desde el ámbito artístico, esto implica pensar en prácticas más conscientes, colaborativas y comprometidas con su entorno.
En la Fundación Teatro Nacional Sucre entendemos que no basta con hacer arte: debemos hacer arte que dialogue con el mundo que habitamos y con los desafíos que enfrentamos como sociedad. Necesitamos pensar en el perfil social de nuestra institución, su responsabilidad en el mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad y comprometernos en una gestión cultural integral.
2. ¿De qué manera cree usted que la cultura y las artes escénicas pueden contribuir a la promoción de una sociedad más sostenible?
Las artes escénicas son un espacio poderoso para sensibilizar, imaginar futuros posibles y convocar al cambio. A través de propuestas escénicas y performáticas, se pueden visibilizar problemáticas ambientales, sociales y económicas, generando empatía y reflexión.
Además, al incorporar prácticas sostenibles en nuestras producciones —desde reciclaje y reducción de residuos, hasta procesos colaborativos en comunidad— demostramos que otro modelo es viable y enriquecedor culturalmente.
Se puede ampliar con ejemplos como la obra Vampyr, de la dramaturga chilena Manuela Infante, que completa una trilogía que enfoca lo ambiental, Campaña de reciclaje tecnológico o el proyecto: El Teatro en su territorio: residencia para vecinos/as de la Plaza del Teatro. Este último proyecto contempla varias fases, y busca acercarnos a nuestra comunidad más próxima para ofrecer actividades que puedan ser significativas para quienes habitan la Plaza, ofrecer actividades artísticas, lúdicas y mejorar el ambiente y la seguridad de nuestro entorno más inmediato.
3. En el Ecuador ¿cómo se ha logrado vincular el quehacer artístico con temas como el cuidado del ambiente, la equidad o el desarrollo sostenible?
En el Ecuador, el vínculo entre arte y sostenibilidad se ha fortalecido progresivamente a través de iniciativas que integran el cuidado del ambiente, la equidad y el desarrollo local. Desde colectivos independientes hasta instituciones públicas, han emergido propuestas que dialogan con temas urgentes como el cambio climático, la inclusión social, la memoria comunitaria y los derechos humanos.
En nuestro caso, desde la Fundación Teatro Nacional Sucre hemos impulsado proyectos como Sucre Viajero, que lleva programación artística a comunidades rurales, promoviendo el acceso a la cultura, la revalorización del territorio y las expresiones locales. A través de nuestras convocatorias públicas fomentamos la creación escénica y musical con criterios de inclusión, generación de empleo y diversidad.
Además, hemos desarrollado una línea programática con enfoque de género, visibilizando voces femeninas y disidentes en espacios como el 8M con propuestas como Las Tesis, Mujeres Cantautoras.
Recientemente, en el Festival Fiesta Escénica de Quito 2025, realizado del 12 al 29 de junio, presentamos la obra Testosterona, una potente pieza de periodismo performático que aborda los llamados tratamientos de deshomosexualización aplicados en las décadas de los 70 y 80. Más allá de recuperar una memoria dolorosa, la obra también visibiliza las prácticas que aún persisten en nuestro país, poniendo en evidencia la urgencia de debatir y transformar estas realidades desde el arte.
Esta mirada transversal también se proyecta hacia el futuro: soñamos con presentar en noviembre Sun & Sea, una ópera contemporánea galardonada internacionalmente, que aborda con sensibilidad el impacto del cambio climático desde una estética innovadora y provocadora.
El arte tiene la capacidad de activar consciencias y generar transformación, y en Ecuador ya estamos viendo ese cambio, desde la escena.
4. ¿Qué papel juegan los públicos, especialmente los jóvenes, en esta construcción de una cultura sostenible?
Un rol transformador y estratégico. En la Fundación Teatro Nacional Sucre entendemos que garantizar el acceso a la cultura para niños, niñas y adolescentes no solo es una cuestión de democratización, sino una apuesta por la formación de nuevos públicos con pensamiento crítico, sensibilidad artística y compromiso con su entorno.
Desde nuestro proyecto Escenario Joven, dirigido a estudiantes de escuelas y colegios de Quito, durante 2025 hemos ofrecido funciones gratuitas de lecturas dramatizadas, teatro, danza y música. Esta iniciativa no solo permite que cientos de jóvenes accedan a propuestas artísticas de calidad, sino que, gracias a un acompañamiento pedagógico y mediador, interactúan activamente con las obras: dialogan con los creadores, participan en talleres y encuentran en el arte un espacio para expresar sus preguntas, vivencias y puntos de vista.
Además, el martes 8 de julio inauguramos Caravana Escénica, un programa piloto de formación artística para el verano con sede en el Teatro México, enfocado en jóvenes de los barrios aledaños. Esta propuesta nace desde una necesidad urgente: promover el buen uso del tiempo libre como herramienta de prevención social, integración comunitaria y desarrollo personal. Aspiramos a que este proyecto se consolide, y en 2026 se transforme en una Escuela de Formación Permanente en Artes Escénicas, que acompañe a jóvenes durante todo el año en su crecimiento creativo.
Con estas acciones, los jóvenes dejan de ser solo espectadores: se convierten en agentes activos de cambio. En la Fundación apostamos por habilitar estos espacios de participación cultural, convencidos de que las nuevas generaciones son el corazón de una sociedad más sensible, equitativa y sostenible.
5. ¿Existen iniciativas o proyectos dentro de la Fundación Teatro Nacional Sucre que integren directamente principios de sostenibilidad en su diseño o ejecución?
Sí, múltiples iniciativas dentro de la Fundación Teatro Nacional Sucre integran principios de sostenibilidad en sus dimensiones ambiental, social y económica, tanto en la programación como en la gestión institucional.
Acciones por el medio ambiente: Actualmente impulsamos una campaña de reciclaje tecnológico en alianza con la empresa Vertmonde, a través de la cual incentivamos la entrega responsable de dispositivos electrónicos como celulares, tablets y cargadores, a cambio de entradas a funciones en nuestros teatros. Esta acción busca generar conciencia ambiental y promover el intercambio simbólico entre reciclaje y acceso a la cultura.
Adicionalmente, gracias a nuestra articulación con la Secretaría de Ambiente del Municipio de Quito, promovemos acciones de educación y sensibilización ambiental dirigidas tanto al equipo interno de la Fundación como a nuestros públicos. Estas acciones se alinean con nuestra visión de ser una institución coherente con los desafíos ecológicos del presente.
En 2025, hemos dado un paso más allá: trabajaremos en la medición de la huella de carbono de nuestras operaciones con el objetivo de diseñar un plan de mitigación que nos permita avanzar hacia una gestión carbono cero, responsable y sostenible de la mano de CERES.
Alianzas con la academia: La formación y el pensamiento crítico son ejes fundamentales de nuestra gestión. Por ello, hemos consolidado alianzas estratégicas con universidades como Universidad de las Artes, Universidad San Francisco de Quito y FAUCE, con quienes cocreamos espacios de aprendizaje, investigación artística y movilidad académica que fortalecen al ecosistema cultural.
Fomento al consumo cultural y sostenibilidad económica: Conscientes del rol que juega la economía en la sostenibilidad del sector, hemos implementado diversas acciones como beneficios de descuento en boletería para gestores culturales registrados en el RUAC, así como la promoción activa del patrocinio cultural mediante el mecanismo de deducibilidad del 150%, que permite a las empresas apoyar proyectos culturales con un retorno tributario, generando un círculo virtuoso entre arte, empresa y sostenibilidad.
En conjunto, todas estas acciones reflejan nuestra convicción de que la sostenibilidad no es un valor accesorio, sino una práctica que debe ser transversal a cada ámbito del quehacer cultural.









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