
Andrés Sarzosa, especialista en Sostenibilidad de CERES
El actual escenario de la Economía propone un gran reto a las organizaciones empresariales, a fin de poder adaptarse a las nuevas realidades y preparar el camino a una continuidad del giro de negocio más resiliente y sostenible.
El avance del Desarrollo Sostenible, Agenda 2030 y el llamado a la acción climática, ha traído a discusión muchos de los conceptos que las organizaciones empresariales deben considerar su aplicación, con la finalidad de estar preparados frente a cambios que afectan o merman las condiciones de producción u operación. Es así como ahora nos preguntamos: ¿Cuál será la estrategia que deberían tomar las organizaciones para sobrevivir a la crisis? Desde muchos puntos de vista existirán varios criterios, pues bien, uno de los más nombrados será el reducir sus costos de producción, en este sentido las empresas deberán encaminar sus acciones, no en el recorte de sus operaciones, sino más bien en la oportunidad para que éstas puedan ser más eficientes y así optimizar recursos, consiguiendo ser más competitivos.
La aplicación de medidas de eficiencia (energética, uso de materiales, operativas, logística, etc.) supone hacer más y mejor con menos, desvincular el crecimiento económico de la degradación ambiental, promover un uso eficiente de los recursos y de la energía, crear infraestructuras sostenibles y resilientes, facilitar el acceso a servicios básicos y a productos sostenibles asequibles, así como generar empleos verdes. Organizaciones a nivel mundial que han implementado medidas de eficiencia e innovación en todo su sistema productivo o de servicios, encuentran una reducción de sus costos operacionales, mayor impacto en mercados informados y una mejor reputación de Responsabilidad Social Empresarial.
Hoy, tenemos la oportunidad para aplicar nuevos modelos de negocio en nuestros sistemas productivos y de servicios, preparando a la economía local hacia un nuevo paradigma de desarrollo basado en nuevos estilos de vida sostenibles, que incorporan tanto los hábitos de consumo como de producción eficiente; es ahora cuando debemos desarrollar en nuestro modelo de negocio, iniciativas innovadoras que por un lado nos resulten en reducir nuestros costos operativos, y por otro ofrecer productos y servicios adaptados a las nuevas realidades y condiciones.
Un nuevo modelo de negocio preparará a las organizaciones a la aplicación e involucramiento en una verdadera Economía Circular, donde prima la desmaterialización de la economía, conservación y recuperación de ecosistemas, diseño circular y sostenible, involucrando a las personas de manera que les permita participar de manera constructiva como parte del sistema. No como consumidores finales, sino como personas. Es necesario que las personas puedan respaldar a las empresas que lo están haciendo bien, y que todos los actores de la cadena de valor trabajen juntos. De manera crucial, la economía circular no tiene como objetivo reducir los efectos negativos de la economía lineal. Es repensar la forma de entregar productos o servicios que requiere un cambio en los modelos de negocio.

Entonces, las organizaciones que puedan adaptarse a los cambios mediante la innovación, uso de fuentes energéticas renovables y un nuevo modelo de negocio en el marco de los principios de la Economía Circular, podrán verse fortalecidos a largo plazo, totalmente resilientes a cambios o crisis futuras.
Es importante señalar que la economía circular funciona igualmente para cualquier tipo o escala de organización, empresas grandes y pequeñas. Donde en especial las pequeñas empresas se están convirtiendo en parte importante del enfoque de innovación, y se están encargando de cerrar el ciclo productivo de empresas mas grandes, promoviendo una verdadera simbiosis industrial.
En el país, tenemos un gran potencial para involucrarnos de una manera profunda a nuevas estrategias que permitan aprovechar de mejor manera las ventajas competitivas que pueda crear un modelo de desarrollo sostenible; estas ventajas ya han sido identificadas por organizaciones que en estos días pueden verificar el beneficio de haber invertido en sostenibilidad para poder enfrentar de mejor manera efectos tan complejos como el de la Emergencia Sanitaria. Hablar de las oportunidades que tenemos como país, es pensar en un nuevo modelo de desarrollo, siendo artífices de una nueva generación de negocios sostenibles, con el involucramiento de todos los sectores de la cadena de valor.