En los últimos años, la industria de la moda ha sido cuestionada por el gran impacto que genera en el medio ambiente. Además, varias marcas de ropa reconocidas se han visto involucradas en escándalos que han terminado por afectar su reputación y les ha obligado a tomar cartas sobre el asunto. Sin embargo, como ha pasado en muchos otros campos, la sostenibilidad ha llegado también a la moda; y lo mejor es que poco a poco se está convirtiendo en una tendencia dentro de este mundo. La moda sostenible también conocida como slow fashion tiene como objetivo principal crear productos teniendo en cuenta su impacto social y ambiental a lo largo de todo su ciclo de vida. En las bases del modelo de negocio de la moda sostenible, figuran como criterios fundamentales la conservación de los recursos naturales, el bajo impacto ecológico de los materiales, la reducción de la huella de carbono y el respeto por las condiciones laborales de los trabajadores.
Según conclusiones del Comité de Tecnología y Ciencias del parlamento inglés, la cultura del fast fashion se basa en la producción rápida y de baja calidad y costo, animando a los consumidores a deshacerse de su ropa aunque se haya usado pocas veces. Se calcula que, al menos tres cuartas partes de la producción mundial de ropa es producida en países en desarrollo, lo que obliga a los trabajadores a aceptar condiciones de precariedad laboral. Una investigación realizada por SETEM en su Campaña Ropa Limpia, revela que empleados de muchas de las grandes empresas establecidas en países como Marruecos, cumplen jornadas de hasta 14 horas diarias con salarios inferiores a 200€ mensuales. En países como Bangladesh donde el 80% de la economía depende de la industria de la moda, la situación es mucho peor: los sueldos se sitúan entre 20 y 35 € mensuales. Existe, además, una desigualdad de género entre hombres y mujeres, pues los hombres ganan más dinero que las mujeres por el mismo trabajo.
Adicionalmente, el impacto ambiental que genera la industria de la moda es incalculable. A continuación develaremos algunas cifras que reflejan lo antes dicho:
Al menos 8000 sustancias químicas se usan para transformar las materias primas en textil.
25% de los pesticidas mundiales son usados en el cultivo de algodón no orgánico.
Dos tercias de la huella de carbono del producto ocurre una vez ha sido comprado.
Se utiliza aproximadamente de 16 a 20 litros de agua por una camiseta corriente.
El 80% del tinte es retenido en la fábrica y el resto eliminado
La industria textil global elimina aproximadamente 50.000 toneladas de tinte a las aguas del sistema hídrico.
Frente a esta crítica situación, diseñadores y marcas de ropa han decidido dar un salto hacia la moda sostenible, comprometiéndose con el desarrollo sostenible. No obstante, el mundo de la moda sostenible está lleno de desafíos que se traducen en una alta capacidad de innovación, creatividad y valor diferenciador. Por ejemplo, el proyecto Upcycling the Oceans, impulsado por la marca de ropa Ecoalf, que crea prendas a partir de la reutilización de materiales como redes de pesca, botellas de plástico, neumáticos, entre otros.
Otro caso interesante, que merece especial atención por su estrategia es el de la marca Heavy Eco, la primera firma de moda fundada en un centro penitenciario de Estonia que fabrica prendas sostenibles; además del trabajo de reinserción laboral, el 50% de los beneficios obtenidos se destina a ayudar a gente sin hogar. Por último, otro ejemplo de diseñadores creativos y responsables es el de Mikel Feijoo Elzo, creador de la marca Skunkfunk, quien opina que la sostenibilidad es más que la utilización de tejidos de bajo impacto: “Es un enfoque de 360º, fibras, procesos húmedos, packaging, diseño, logística y transporte, comunicación con el consumidor, uso de energía y reciclado…hay mucho donde actuar.”
El impacto de estos diseñadores revolucionarios va más allá de su compromiso con el medio ambiente o de su capacidad de innovar y ser creativos; el impacto también está en el cambio de patrones de consumo que se está creando a partir de esta tendencia; sin embargo, la idea de una moda sostenible, responsable y respetuosa con el medio ambiente no puede ser real sin hábitos de consumo más responsables. Hoy por hoy, la moda sostenible es una opción personal y política de algunas empresas, pero más que nada es una necesidad. Es crucial que como consumidores conozcamos de dónde y bajo qué condiciones vienen las prendas que compramos; adaptarse a nuevas formas de consumir, puede ser la única opción en un mundo que cada vez más necesita del desarrollo sostenible.
Fuentes:
Eastern European Prison Inmates Produce and Design an Eco-Conscious Fashion Lin. Tree Huger. Obtenido desde: https://www.treehugger.com/sustainable-fashion/organic-tees-and-bags-made-prisoners-eastern-europe.html
Cómo es la moda sostenible? CONAMA2 016. Obtenido desde: http://www.conama2016.org/web/es/prensa/noticias/-como-es-la-moda-sostenible-.html
Moda Sostenible y Responsable. Obtenido desde https://modasostenible.wordpress.com/sostenibilidad/sostenibilidad-y-moda/
Mar de plásticos, mar de oportunidades. Ethic Obtenido desde http://ethic.es/2017/06/oceanos-de-plastico/